Boeing se despidió este martes de forma definitiva de su modelo más emblemático, el 747, tras 55 años de producción. El fabricante estadounidense entregó la última unidad a Atlas Air, dedicada al transporte de mercancías. El avión, apodado Reina de los cielos y reconocible fácilmente por su gran joroba delantera, fue el primero de fuselaje ancho con doble pasillo, una aparato de grandes dimensiones que revolucionó la aviación comercial en los años setenta al hacer más rápidos y asequibles los vuelos intercontinentales. El declive generalizado de la demanda de jumbos por parte de las aerolíneas está detrás de la decisión del fabricante, que lleva años centrado en el desarrollo de modelos más pequeños y versátiles, con menos consumo de combustible.
El último 747 de Boeing despegó en la fábrica de Everett, en el estado de Washington.