Como siempre ocurre en los clásicos. Por el miedo a perder, salen estos partidos mal jugados. Cuando la realidad supera a la expectativa. En los tantos partidos que hay dentro de un partido, se jugó uno que duró un minuto y otro que duró 94. Porque el juego tuvo una incidencia determinante, para que salga un partido feo.
Belgrano salió con intención de atacar y quedó mal parado en una contra tallarín. Galarza metió una pelota al desierto celeste. Depietri solo en búsqueda de Espínola. Cruce de Rebola que le cometió falta. Ramírez, de buen desempeño, no titubeó y revoleó la roja. Ante la algarabía de Girotti, que lo festejó como un gol. No hubo protestas y el capitán se tuvo que ir a bañar temprano.
Todo lo hablado, cambió en un pestañeo. El técnico sacó a Velázquez para el ingreso de Troilo. Si no podés ganar, por lo menos empatar. Fue la consigna de Real. Renunció a jugar mano a mano.
Talleres se apoderó del juego, anímica y territorialmente. Un par de jugadas por izquierda y remates sin pólvora. Belgrano, sobre los treinta minutos, recién llegó al arco de Herrera. Ante un centro de Compagnucci, cabezazo de Jara a las manos. Fin de un mal primer tiempo.
Talleres no supo y no pudo con un hombre de más. Salvo Botta, al resto le pesó el partido.
El segundo tiempo fue un calco del anterior, solo cambios de nombres. La tenencia del balón no te asegura nada, cuando falta eficacia. Eso le pasó a Talleres, que estuvo más cerca del cada vez más custodiado Espínola.
Un disparo de Navarro, que dio en el caño izquierdo, pudo quebrar la abulia del partido. Otro remate de Botta, el mejor de Talleres, que pasó besando el poste del paraguayo. Las posibilidades más claras para Talleres. Eso marca el fracaso en la calidad y talento de algunos de sus jugadores.
Y sobre el final, casi lo ganó Belgrano. De tanto ir, infructuosamente, al ataque. Rechazo de Meriano que dejó solo a Chavarría ante Herrera. El delantero definió al segundo palo, el arquero intuyó y desvió el remate.
Ni Talleres perdió dos puntos, ni Belgrano ganó un punto. Empataron porque uno no supo ganarlo y el otro se conformó con el empate. Mal partido en el Kempes.
Por: Daniel Reinoso