Fue una noche que no acompañó a Talleres desde el clima. Una noche en la que los cordobeses se enredaron, como perdidos entre la llovizna y la bruma que se levantó en el estadio Mario Kempes. Una noche en la que los cuatro ases que marcaron el camino de la distinción estuvieron por debajo de su nivel y también quedaron tocados por los golpes y las torceduras. Una noche en la que la T debía ganar para acechar a River, pero que no logro torcer el rumbo del partido y debió conformarse con el empate 0 a 0 con Unión y estirar unos días la definición de la Liga Profesional, aunque las posibilidades de pulsarle el título a los millonarios son matemáticas más que futbolísticas: nueve puntos lo separan con tres partidos en juego para el final del campeonato. En concreto: River necesita apenas un punto, mientras que Talleres está obligado a ganarle el viernes para estirar el suspenso; de no lograrlo, el equipo de Demichelis será campeón antes de su cotejo frente a Estudiantes.
Talleres no tuvo la frescura ni la capacidad para eludir las jaulas que le propuso Unión, que sigue sin marcar goles, pero que suma y lentamente intenta acoplarse a la idea de juego que tiene el Kily González. El empate es un puñal para los cordobeses, que ahora solo podrán alcanzar a River –la T tiene que ganar todos los encuentros y los millonarios caer también en sus tres presentaciones- en la cima de la tabla de posiciones. Y ahí empezará a tallar la diferencia de goles…
Ahora Talleres se tiene que enfocar en el partido del viernes, con Huracán, en Parque Patricios, y ahí no tiene otra opción que la victoria: cualquier otro resultado consagrará campeón a River antes de jugar con Estudiantes, en el Monumental.