Gabriela “Chucky” Alaniz venció de visitante por puntos a la estadounidense Marlen Esparza y se consagró campeona mundial del peso mosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y sumó los de la Confederación Mundial (CMB) y la Asociación Mundial (AMB). La oriunda del Barrio Rivadavia de Merlo, que usó una indumentaria con los colores de Boca Juniors, se impuso en el Save Mart Center de Fresno, en California.

La bonaerense fue más que su rival y lo dejó reflejado en los primeros cinco de los diez asaltos, con una serie de golpes que la pugilista de familia mexicano sintió y le costó responder. Cabe destacar que la norteamericana había perdido los títulos de la CMB y AMB el viernes porque no dio el peso requerido. El peso para la categoría es de 112 libras (50.802 kilos) y en la báscula la argentina dio 111,2 libras (50,440 kilos) y la norteamericana 114.4 libras (51,900 kilos), que en su segundo pesaje dio 114 (51,710 kilos).

La iniciativa tomada por Alaniz fue contundente con ágiles movimientos para volver a pegar, como para defenderse y evitar los impactos de Esparza, quien en julio del año pasado le había ganado a la boxeadora de 27 años.

Pese a su superioridad, la pelea ameritó una decisión arbitral, que estuvo a cargo de tres jueces estadounidenses que dieron un resultado diferente: 97-93 y 96-94 a favor de Alaniz, pero en la otra perdió con 92-98. Alaniz escuchó el resultado con un gorro piluso de Boca Juniors y en medio de lágrimas por su emoción.

Esparza, de 34 años, llegó a esta contienda con 14 victorias en sus 15 peleas profesionales, en las que -ahora ahora- sólo había caído en 2019 ante Seniesa Estrada, actual campeona mundial del peso mínimo. Si bien Esparza tuvo suceso en su participación en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, donde ganó la medalla de bronce, su currículum no amedrentó a Alaniz que en ambos combates fue superior.

Fue una revancha y acto de justicia para Alaniz quien en el combate del año pasado fue superior, pero perdió por fallo dividido el 8 de julio de 2023, cuando la decisión arbitral en el favoreció a Estampa por (99-91) y (97-93) y la siguiente decretó un empate (95-95). Los silbidos y abucheos en el AT&T Center de San Antonio, Texas, se hicieron sentir, pese a que su pugilista era la ganadora.

Nueve meses más tarde Chucky se reivindicó a lo grande y se consagró de forma merecida luego de tanto esfuerzo ante una oponente que no estuvo a la altura de la velada, desde el mismo viernes cuando no estuvo dentro de los parámetros establecidos en la balanza.

Sobre aquél combate del año anterior, Alaniz indicó que “fue una pelea más fácil que lo que esperaba por lo que había visto, por lo que me habían dicho y por cómo se hablaba de ella. Me resultó fácil pegarle”. Previo a esta revancha analizó que “ahora quizás deba buscar otras cosas, no solo pegarle, sino cuidarme un poquito más”. Su estrategia estuvo acertada y se llevó los tres cinturones ecuménico

Por INFOBAE

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