En una vuelta de tuerca política que promete sacudir los cimientos del Club Atlético River Plate, Marcelo Gallardo estaría preparando su incursión en la política del club, con vistas a las próximas elecciones. Con un escenario que anticipa una contienda electoral sin precedentes, Gallardo planea encabezar una fórmula revolucionaria, contando con el apoyo y la experiencia de Rodolfo D’Onofrio, el expresidente, como candidato a vicepresidente primero o como integrante en la lista.
Este movimiento estratégico llega en un momento de agitación interna y especulaciones sobre la sucesión del actual presidente, Jorge Brito. Frente a un panorama incierto, la posible candidatura de Gallardo junto a D’Onofrio emerge como una sorpresa en el entorno riverplatense, planteando un escenario electoral que podría redefinir el liderazgo y la dirección futura del club.
La política interna del Club Atlético River Plate se encuentra en un estado de efervescencia. Por un lado, Stefano Di Carlo, Secretario General del club, se muestra como un potencial sucesor de Brito.
Por otro lado, la relación entre Matías Patanian, vicepresidente 1º, y sectores influyentes del club, se ve afectada por tensiones y discrepancias, particularmente en lo que respecta a la política de fichajes, y la preferencia por jugadores uruguayos.
En este contexto de rivalidades y alianzas, la figura de Clara D’Onofrio, hija de Rodolfo y vinculada sentimentalmente con la familia de Zulemita Menem, surge como una potencial candidata a ocupar un rol significativo en la fórmula encabezada por Gallardo.
La posibilidad de que Gallardo, ídolo indiscutido en la cancha y figura respetada fuera de ella, asuma un rol protagónico en la política de River, no solo moviliza a la masa societaria sino que también plantea interrogantes sobre el futuro deportivo y administrativo del club. Su alianza con D’Onofrio, bajo la sombra de una gestión anterior exitosa, propone una visión de renovación con bases sólidas en la historia y los valores riverplatenses.